jueves, 18 de octubre de 2012

Las cicatrices se antojaban borrosas en su arrugada cara, demasiado tiempo había pasado por ella. 
Fueron tiempo muy duros para todos, hombres y mujeres. A él le tocó ir a la mili, muy a su pesar, pero era eso o un tiro en la cabeza. 
En esa época palabras u opiniones de poco servían. 
Vio mucha muerte, trataba con ella constantemente, se podría decir incluso que eran amigos, un equipo. La muerte se llevaba las almas y él sus cuerpos. 
Ahora podía verla a los pies de su cama contemplándolo indiferente.
Es hora de irse. Soy viejo, pero no lo suficiente, me gustaría disfrutar más de esta calma después de toda la tormenta pasada. No puede ser, lo sabes viejo, estás enfermo. He aguantado 5 años con este cáncer, ¿por qué no un par de años más?. Hemos pasado mucho juntos, viejo, ya es hora de decir adiós. Está bien, de todas formas ya no tengo nada por lo que estar aquí, sólo mis montones de libros y mis recuerdos.
No hay mal que por bien no venga.